el sábado 8 de enero de 2022, se cumplieron 34 años de la desaparición forzada de los hermanos Restrepo, Santiago y Andrés, en Kitu (Quito), a manos del SIC-10, una dependencia criminal de la Policía Nacional del Ecuador creada para “combatir” a grupos insurgentes como “Alfaro Vive Carajo (AVC)”, ordenado por el presidente de entonces, León Febres-Cordero (1984-1988).
“Ni perdón, ni olvido” fueron algunas palabras repetidas frecuentemente por Luz Elena Arismendi (+), madre de los hermanos Restrepo, consigna bajo la que ella y Pedro, su esposo, emprendieron la titánica campaña de reclamo por la ubicación del paradero y el retorno de sus hijos, al estado[1] ecuatoriano. Una lucha de más de tres décadas que exige permanentemente justicia, desde entonces hasta el día de hoy.
con el paso de los años, a esta lucha se sumó Fernanda Restrepo, hermana menor de Santi y el “Nene”. En 2011 y en esta idea, ella materializó el documental “Con mi corazón en Yambo”, audiovisual resultado no solo del testimonio de vida, y para la vida, de una familia herida, pero no vencida, sino de una profunda y sostenida investigación; material devenido en indispensable para conocer sobre la violación a los derechos humanos en el Ecuador y la fortaleza del amor familiar.
al medio día de dicho sábado, Vivientes y Habitantes Okupantes de Uvilla acudimos al intercambiador cercano a la entrada a los túneles de San Juan, dirección norte-sur, para realizar la acción directa no violenta de colocar una tela escrita con la frase “Con mi corazón en Yambo", entre las dos figuras humanas del conjunto escultórico “Los equilibristas” de la artista quiteña Victoria Camacho.
más tarde, en la Okupa Uvilla, apreciamos el documental junto a Fernanda, quien acompañó telemáticamente para escuchar comentarios y compartir con las personas asistentes al encuentro, gracias a lo cual pudimos ponernos al tanto de nueva información, poco clara como la vieja, recopilada durante los últimos diez años posteriores a la realización del documental.
cerramos la jornada con la acción aesthésica-política “Siluetas”, que consistió en intervenir en siluetas de cartulina negra dibujadas y recortadas previamente, con ideas escritas de aquello que quedó resonando en las mentes y los corazones de las personas participantes. Las siluetas fueron colocadas en una esquina muy transitada del centro-norte de la ciudad, mismas que permanecen como un recordatorio de que nos faltan hijxs, hermanxs, amigxs, conocidxs y hasta desconocidxs, y que por lo tanto, no estamos todxs.
la iniciativa "Siluetas" fue retomada del “Siluetazo”, obra artística realizada en 1983, en Argentina, “[…] que logró simbolizar la desaparición y de manera emblemática, articular el arte con una demanda social colectiva: la aparición con vida de miles de personas desaparecidas durante la última dictadura militar. […] propuesta a las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo –en Buenos Aires– así como a diferentes organizaciones sociales y de derechos humanos”. Obra ideada y accionada por Rodolfo Aguerreberry, Julio Flores y Guillermo Kexel.[2]
en este día no solo refrescamos la memoria, sino que, seguramente, también hicimos acuerdo del caso a quien lo olvidó y, quizá, dimos a conocer a algunas personas menores de treinta y cuatro años de edad. La memoria persiste y la lucha continúa, una lucha no solo de la familia Restrepo, sino de otras tantas que tienen en su haber familiares también desaparecidxs, pues como dicen por ahí: “Todos los gobiernos matan, torturan y desaparecen en democracia". Este también es el caso de Gustavo Garzón, Consuelo Benavides, Arturo Jarrín, David Romo, Marco Otto, Daniel Chaluisa, Edgar Yucailla, Paúl Guañuna, Gabriel Angulo, Abelardo Vega, Raúl Chilpe, Silvia Mera, Samuel Chambers, Víctor Guaillas y un largo etcétera, etcétera, etcétera.[3]
[1] estado hace alución al Estado, así, con la primera letra en minúscula, un ejercicio escrito para desjerarquizarlo y reubicarlo.
[3] para más información, https://www.elcomercio.com/actualidad/seguridad/34-anos-desaparecieron-hermanos-restrepo.html
Comments